23 de mayo de 2010

I.- Vida. Emilia Pardo Bazán


Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña. Fue hija única de don José Pardo Bazán y doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza, matrimonio noble e ilustre, su madre estaba totalmente deacuerdo en la vocación literaria de su hija y también apoyaba sus reivindicaciones feministas. Pertenecía a una familia aristrocrática y heredó de su padre el título de "Condesa de Pardo Bazán".


Fue una persona a la que le encantaba la lectura, empezó a leer desde muy pequeña, y ha escribir desde muy joven.
Emilia recibió una gran y esmerada educación, primero estudió en A Coruña y más tarde completó sus estudios en Madrid en un colegio francés, es allí en Madrid donde pasa los inviernos con su familia, debido a las actividades políticas de su padre, ya que era militante en el partido liberal progresista.
En su adolescencia escribió versos a escondidas y leía novelas románticas francesas. Ya que tenía a su alcance una gran variedad de lecturas y libros, que encontraba en la gran biblioteca de su padre.
Emilia a los nueve años ya comenzó a demostrar interés por la literatura. Con esta edad comenzó a componer sus primeros versos. Ella misma recuerda "Mi primer recuerdo literario se remonta a una fecha histórica señalada ya ya distante: la terminación de la guerra de África, acontecimiento al cual rendí las primicias de mi musa... Y viendo que no me hacían caso ninguno, ni tenía con quién desahogar mi entusiasmo, me refugie en mi habitación y garrapateé mis primeros versos, que barrunto debía de ser unas quintillas"


En su edad adolescente empezó a escribir sus primeros cuentos, es así que con tan solo quince años escribió su primer cuento, Un matrimonio del siglo XIX, el cual envió al Almanaque de la soberanía nacional y siendo éste su primer cuentos de los seiscientos que llegó a escribir a lo largo de su vida. También como adolescente fue escribiendo versos que los siguió publicando en el Almanaque de soto Freire.

El año 1868 fue uno de los años más importantes y que más trascendencia tubieron en la vida de la autora, como ella decía: Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron de muy cerca, con estas palabras la condesa se estaba refiriendo a que visitió de largo, se casó y estalló la Revolución de septiembre de 1868.

Nuestra autora se casó con tan solo dieciséis años con José Quiroga, un estudiante de Derecho, que tenía veinte años. La boda se celebró el la propiedad de los padres de Emilia el 10 de julio, en la capilla de la granja de Meirás.

Pasaron unos años y la condesa empezó a aburrirse de vivir una vida tan monótona en la capital y en 1873 toda la familia Pardo Bazán incluida ella y su esposo decidieron irse fuera de España durante un tiempo. El viaje fue por varios países de Europa, ese viaje despertará en Emilia la inquietud de aprender idiomas, con una aspiración, el deseo de leer las obras de los grandes autores de cada país en su lengua original. Así que poco a poco fue creciendo sus inquietudes intelectuales y, al volver a su país, a España, entrará en contacto con la tendencia del krausismo a través de Francisco Giner de los Ríos, , con quién con el paso del tiempo les unirá una gran amistad. Las ganas de Giner de los Rios, la empuja a ella a la lectura de los místicos y del filósofo Kant, y después de estas lecturas, la conducen hasta sentirse atraída por otros como Descartes, Santo Tomás, Aristóteles y Plantón, entre otros.



Despues de tres años, en 1976, es el año en el que nace su primer hijo, Jaime. Y también fue el años, en el que Emilia se dé a conocer como escritora al participar y ganar un concurso en Orense, con motivo de la celebración del centenario de Feijoo. En los años siguentes Emilia se desvincula un poco de la poesía pero no llega a abandonarla totalmente. Gracias a Giner de los Ríos se editará su libro de poemas en 1881, titulado como el nombre de su hijo, Jaime.

Al principio de su carrera como escritora Emilia no se verá intersada por escribir novelas, ya que pensaba que la novela era considerada como un género menor, como mero pasatiempo y prefería completar siguiendo un orden y fomentar su formación. Aunque después de varios años si que desarrolló esta afición por el género. Después de esta época nació su segunda hija en 1878, a la que llamó Blanca. Nació en pleno auge de su novela realísta.


Lo que en realidad inspiró y ánimo a escribir sus primeras novelas fue el conocimiento de las obras de sus contemporáneos. La primera novela que escribió fue Pascual López, autobiografía de un estudiante de medicina, obra que escribió poco antes de aceptar la dirección de la Revista de Galicia en 1880.

Un año más tarde, en 1881 de que aceptara la dirección de esa revista, pública Un viaje de novios, novela para la cual utilizó sus vivencias y experiencias vividas en un viaje que realizó a Francia, y el estar ese mismo verano en Meirás. El prólogo de esta obra contituye una de las primersas alusiones al naturalismo francés. Y más tarde acabará la novela de San Francisco de Asís, cuando ya estaba embarazada de su tercera hija, Carmen. También escribió el prólogo de la obra de Un viaje de novios, que fue importantísimo para entender lo que significa el naturalismo en sus obras.

Así también escribió una serie de artículos publicados entre 1882 y 1983, denominada La cuestión palpitante, esta obra es muy importante, ya que en ella se introduce el Naturalismo en España. Para muchos esta obra es uno de los mejores estudios sobre la literatura de esa época, e incluso mejor de las que se pueden llegar a publicar hoy en día. En esta obra Emilia, analizará sin tapujos el movimiento literario, desde el punto de vista más moderno, sin ningún prejuicio extraliterario. La cuestión palpitante nos revela una nueva forma de leer, sin tapujos. Por ello, los intelectuales más reaccionarios de la época vieron esta obra como una simple defensa del Naturalismo, y dejaron a un lado e ignoraron todo su valor. Y como este movimiento literario fue considerado por este sector, el sector intelectual, como algo inmoral y de muy mal gusto, se puso en duda que Emilia fuera una auténtica católica y una mujer respetable. Y a todo esto se le añadierían muchas otras polémicas que rondaron hacia el asunto. Una de las tantas polémicas que rondaron el asunto fue en torno a una entrevista que realizó Emilia a don Carlos, que era uno de los pretendientes a la corona española, y que levantó tantísimo revuelo que al final éste tuvo que excluirse de su partido, para meterse a dos diferentes. Otras de las polémias ha destacar ocurrió cuando a Emilia le negaron una plaza en la academia por ser mujer y diversos escritores como Menéndez pelayo y Valera se burlaron de ella, diciendo de ella que pretendía estar en demasiadas partes, es decir, donde no debía y nadie la necesitaba. Los dos escritores mencionados anteriormente la trababan de muy malas formas en las que cartas que se mandaban entre ellos. Y en términos generales, se la acusó de querer ir a la moda y de meterse en todo. Más tarde otros como Juan Paredes Núñez han destacado que no fue bien tratada por sus contemporáneos, y no tenía el respeto que se merecía. Ya que hubieron muchísimos que fueron injustos y muy crueles con ella. Y es que, en esa época, muchas mentes no estaban preparadas y concienciadas para que una mujer "aristócrata, famosa, culta, independiente y además buena escritora", se metiera en un mundo en el que tradicionalmente nunca había habido mujeres y era de hombres.


De entre todos los que opinan y crean teoría sobre el Naturalismo, Emilia y Clarín son los que lo hacen con más conocimiento de causa, es decir, con más conciencia sobre el tema que están tratando. Los demás arrastran tantos prejuicios que no son capaces de ver los rasgos positivos y ver más allá, ni pensar que las ideas de Emilia eran muy buenas para el Naturalismo. Uno de los ejemplos más claros sobre esto podría ser Menéndez Pelayo.


Además escribió más novelas como, La Tribuna (1883), más tarde escribió Los pazos de Ulloa (1886), La madre naturaleza (1887), todas están de línea naturalista y ambientas en la Galicia más rural, bárbara y violenta, y La piedra angular (1891). También cabe mencionar que entre La Tribuna y Los pazos de Ulloa, Emilia escribió otra novela que se aparta de su técnica naturalista. Esta novela fue El cisne de Vilamorta, en la que se aprecia la observación realista con ciertos elementos románticos. Y también entre La madre naturaleza y La piedra angular, publicó cuatro novelas más, pero éstas ya no las consideramos naturalistas, estas obras serán: Insolación y Morriña, ambas escritas en 1889, estas dejará de ambientarlas en Galicia para ambientarlas en madrid, en estas obras aumentará el determinismo de las novelas anteriores. Estas han sido consideradas por la crítica ambientadas dentro del realismo, y las otras dos fueron, Una cristiana y La prueba, las dos publicadas en 1890, éstas presentarán una tendencia hacia el idealismo, tendencia que también se aprecia en La piedra angular, y en el ciclo de Adán y Eva, que estará formado por Memorias de un solterón (1891) y Doña Milagros (1894).
Más tarde emprenderá una nueva aventura periodística, más concentramente en 1891, que escribirá Nuevo Teatro Crítico, revista la cual fue fundada y escrita totalmente por ella.


En esta revista vemos que quiere rendir homenaje a Feijoo, ya sea tanto por su título, por su planteamiento amplia y divulgativo y por su cultura. También justo en este mismo año fundará u dirigirá La Biblioteca de la Mujer.

Doña Emilia, desde hacia varios años estaba colaborando en muchísimas revista y periódicos, en los que escribía crónicas de viajes, artículos, ensayos y muchísimos cuentos que agruparía en diversas colecciones como: Cuentos de Marineda, Cuentos de amor, Cuentos sacroprofanos, En tranvía, es decir, Cuentos dramáticos, Cuentos de Navidad y Reyes, Cuentos de la patria, Cuentos antiguos... Y también escribirá en el ámbito de la prensa, en el periódico La Lectura, comenzó a publicarse su novela La Quimera en 1903, que dos años después de ésto sería expuesto como libro. En este libro Emilia seguirá confirmando su criterio de que la novela debe de reflejar el momento y el tiempo en el que está escrita, y en esta obra apreciaremos distintos simbolos modernistas y simbolistas.

Después de tres años en 1908, publicará La sirena negra cuyo tema central es la muerte, que lo escribió en el Ateneo de Madrid, lugar donde había sido nombrada Presidenta de la Sección de Literatura en 1906.

Emilia durante toda su vida fue una persona viajera e infatigable, esto la seguirá animando a seguir escribiendo sus impresiones y pensamientos en artículos de prensa. en 1900 aparecerán en El Imparcial, otra gran conocida revista de la época, sus artículos sobre la Exposición universal que se había celebrado en París, que más tarde incluirá en el libro Cuarenta días en la Exposición. Otro de estos ejemplos será Por la Europa católica, publicado en 1902, después de un viaje a los Países Bajos.

A estas alturas, todavía no sé había hecho el ánimo de llevar a la escena sus obras de teatro, será en 1906 cuando se estrene en Madrid, Verdad y Cuesta abajo, pero también hay que decir que no tubo ningún éxito.

Emilia llegará a ser una figura reconocida en todos los ámbitos, por su vida literaria, cultural y social. En 1908 comenzó a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le fue otorgado por alfonso XIII, como reconocimiento de su importancia en el mundo literario. A partir de 1910 fue consejera de Instrucción Pública; socio de número de la Sociedad Matritense de Amigos del País desde 1912. Y dos años después se le pondría la Banda de la Orden de Maria Luísa, y también recibiría del Papa Benedicto XV la Cruz Por Eclesia et Pontifice. También en 1916 el ministro de Instrucción Pública la nombrará catedrática de la Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas de la Universidad Central.

Doña Emilia morirá el 12 de mayo de 1921, debido a una grave complicación en la diabetes que sufría, le provocará la muerte. Durante los días siguientes toda la prensa hablaba de la escritora fallecida, como alguien que se preocupó por los demás y que hizo un gran trabajo literario, remarcando su vida literaria, cultural y social. Fue enterrada el la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid.

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